Thursday 18 February 2010

Y empecé nomás...

Arranqué un cursito de fotografía. Era algo que tenía pendiente desde hacía un tiempo y M. me sorprendió con este regalito de cumpleaños.

Ahora presto más atención, me sorprendo con los colores de las flores, las muecas de los chicos, los paisajes de nuestra querida Buenos Aires y las cúpulas de los edificios que antes miraba sin mirar.

Es como volver a ser chico. Es aprender a redescubrir este mundo que nos rodea, sin perder la capacidad de asombro, el gusto por lo pequeño, por el detalle, por lo maravilloso de la vida.

¿Si están buenas mis fotos? Lo dudo, ¡pero qué bien me hace!

Tano querido

Te regalé un bonsai, como si eso fuera, simbólicamente, regalarte vida.

Te abracé por última vez y quise retenerte unos minutos más con nosotros.

¿Cómo olvidar tus aventuras de mar, tu pañuelito en el cuello, tus boinas, tus ojos azules, tu mano arrugada pero fuerte, los pellizcos, tu “hola nenita”, o cómo contabas orgulloso a tus amigos acerca de tu nieta “la periodista”?

Cómo se te extraña. Qué difícil es la ausencia...

¡Hasta siempre Tanito!

Bella durmiente

Anoche, señores, me hice la dormida.

Después de malestares estomacales y más arroz blanco del que debería, me tiré en la cama. Mientras tanto M. miraba un partido de fútbol.

Primero me hice la sexy con un culotte que me compré para dormir d-i-v-i-n-o. Negro con voladitos. Pero después, ante la ignorancia de mi concubino, me agarró fiaca, así que opté por darme vuelta y cerrar los ojos

Sentí una mano cariñosa, pero me hice la distraída. ¿Histérica? Puede ser.

Manual del ejecutivo corporativo “for dummies”:

Para ser un verdadero ejecutivo corporativo, te recomiendo:

  1. Hablar con muchas palabras en inglés que aunque no sepas qué significan, suenen lindo:

“Es importante lograr un buen engagement con tus stakeholders para continuar mejorando el management de tu relationship.” BLA.

  1. Adaptar tu discurso de acuerdo a la cara y/o comentarios de tu jefe:

“Bueno lo que queremos hacer es… bah, en realidad ellos querían y nos sugirieron… si, o sea nosotros al principio lo pensamos pero… tal cual, les dijimos que nos parecía un disparate ese proyecto.”

  1. Salir de una reunión con tu jefe diciendo una frase en voz alta del tipo:

“Totalmente. Es muy bueno eso”, “Tal cual, un proyecto interesante para este año”. De esa forma todos van a creer que discutiste cosas importantes y que manejás información que ellos no.

  1. Recordar información banal de los personajes claves: cumpleaños, cuadros de fútbol, eventos de los hijos, hobbies, nombres de las mujeres/maridos, lugares y fechas donde se fueron/se van de vacaciones, etc:

“¿Cómo le fue a fulanita en su concert?”, “¿Cómo anda Ana María?”, “¿Qué tal estuvo Disney?” son frases que van a permitirte estar visible para los altos mandos. Ojo, que si te pasás de rosca, puede ser malinterpretado.

  1. No dar opiniones acerca del resto. Si en el almuerzo alguien está hablando mal de otro empleado (y menos si tiene un rango alto), mejor callar. Nunca se sabe qué opina tu jefe al respecto, y como ya dijimos en la regla N° 2, lo importante es siempre estar “alineado” (nuevamente BLA)
  1. Cumplir con algunas de las 10 reglas básicas para pertenecer:
    • Jugar al golf
    • Tener casa en Punta del Este
    • Mandar a tus hijos a colegio bilingüe y quejarte por la cuota
    • Haber ido a un colegio bilingüe
    • Tener campo
    • Tener al menos una mucama y quejarte de su trabajo
    • Vivir en la zona norte de GBA y/o Capital Federal y/o Bella Vista (en este último caso SE DEBE pertenecer al Opus, de lo contrario, no aplica).
    • Tener doble apellido y/o conocer y/o tener amigos y/o tener algún tío, abuelo, primo con apellido ilustre.
    • Conocer a TODOS los otros ejecutivos de mismo rango o superior que el suyo de otras empresas. (Aplica también la regla N° 4). Uno nunca sabe cuando va a necesitar un cambio…
    • No saber de qué se trata el rojo, la malla, la pieza, el churrasco, las gaseosas y la merienda.
  1. No importa si se murió tu vieja, si te duele la muela, si dormiste poco o si simplemente no tenés ganas de hablar. Si el presidente pasa, saluda y hace un chiste boludo, hay que reír.
  1. La autoría intelectual no existe. Si tu “reporte” (atención, esta es una palabra CLAVE) hizo todo el trabajo que te pidieron a vos, nada de forwardear su mail. Tenés que encargarte de borrar todo el historial y hacer como si lo hubieras hecho vos. Idealmente no lo copies y después avisale, como quien no quiere la cosa, que ya enviaste el informe. De esta forma sumás puntos con tu jefe y con el resto y no perdés el tiempo. Única recomendación: procurá que el pobre laburante de la base de la pirámide no se canse, porque quedás en pampa y la vía.
  1. La anteúltima pero infaltable regla: los gerentes nacieron para gerenciar. No te involucres en cuestioncitas operativas (atención: segunda palabra CLAVE). Lo tuyo es otra cosa, naciste para estar en reuniones, divertirte, poner cara de preocupado y comprarte la 4x4. Nada de pensar y mucho menos de arremangarte y laburar. Para eso nacieron los “otros” (nosotros bah).
  1. La última: ¡A no decidir se ha dicho! Ni se te ocurra tomar una decisión. Todo tenés que validarlo, subirlo, verlo con tu jefe. Así seas director o presidente, no pierdas el tiempo decidiendo, eso es tarea de otro más arriba. Vos dilatá, forwardeá las consultas y hacete el que sabés “pero por las dudas querés chequearlo”. No vaya a ser cosa que te responsabilicen y quedes pegado. En última instancia (retomo la regla N° 2) tenés que estar alineado, y eso no se puede saber antes de consultar.

En definitiva, querido amigo corporate, no opines, no decidas, no hagas, no estés de mal humor, no dejes de pertenecer. Esa es la fórmula para una carrera exitosa en una multinacional.

Monday 1 February 2010

Mi amor, ¡apurate!

¿Hay algo peor que una gastroenteritis compartida y un solo baño?

Supongo que pocas cosas son tan asquerosas.

Sentir el olor ajeno, vislumbrar los rastros de los desechos, tocar la puerta para que se apure…

No hay derecho. Y eso, dicen, también es amor.

Indicios del paso del tiempo

Las canas

El crecimiento de los “saleros”

La celulitis

La intolerancia a la cerveza

Apuesto a la calidad más que a la cantidad (aplíquese a: amigos, frecuencia sexual, alimentos, salidas, alcohol)

La siesta los domingos

La imposibilidad de soportar 2 salidas consecutivas hasta las 7 am.

La creencia en los milagros: cremas reductoras, antiage, masajeadores…

La tolerancia hacia los flotadores y las entradas

Más autoconocimiento, autoestima, seguridad, confianza en mí misma.

Más diálogo y menos grito.

El espíritu maternal

Los sofocones

500 días con ella

Ayer vi esta peli (DVD trucho, ¡lo confieso!) y me quedé pensado: ¿Cuántas veces habré malinterpretado la realidad? ¿Cuántas veces soñé con algo que no era, creí en una historia falsa, me enamoré de una imagen? ¿Cuántas veces dejé de escuchar las señales para atarme a una fantasía?

Estoy reflexiva. Los 30 parece que no vienen solos.